miércoles, 3 de octubre de 2007


La mañana nació indiscreta
mostrando tajos y riñas con
la noche.
Y se atreve a tocar mi hombro.

Quiebra un eslabón en la cadena
de mis pasos
hoy que logré controlar el abismo.
Trato de enlazar mis huellas...
Siempre una tijera en la dimensión
del olvido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la tarde moria lenta, arrastrando los recuerdos, ansiando el final.

y ella, leia, imaginaba y solo le quedaba una sonrisa, por ver si asi aceleraba el tiempo.